Candelaria, un pozo y su virgen
Alejandro Lóriga Santos,
es uno de esos periodistas que va atrapando historias ocultas para hacerlas
brillar, generalmente mi blog reserva trabajos de mi Vereda Nueva, un pequeño
pueblo que merece todo mi respeto. Candelaria, un pozo y su virgen, se parece
a las cosas de mi terruño por tal razón les comparto esta historia tan cubana
construida con excelentemente por este joven que también ama el mundo de las
letras.
Candelaria, un pozo y su virgen
Cualquier
visitante, sea nacional o extranjero, queda siempre encantado con las
maravillas que distinguen al artemiseño municipio de Candelaria. Sus
calles y montañas aún conservan la música de grandes como Enrique Jorrín
y Polo; las orquídeas de Tomás Felipe Camacho y Agapito Hernández
saludan con belleza y frescura a quienes las admiran; y muy cerca de las
nubes un castillo observa sin descanso las frías y cristalinas aguas
del río Bayate.
Por
estos días decidí regresar para reencontrarme con mi infancia cerca de
la abuela, lo tíos y mi madre. Algo que me conmueve en cada visita es la
hospitalidad de la gente que ahí vive y las leyendas que transmiten de
generación en generación; una de las más interesantes relacionada con
el "Pocito de la Virgen de la Candelaria".
No
existe un candelariense que no lo conozca y en la actualidad es
considerado uno de los sitios históricos de mayor interés por el
significado que enmarca. Cuentan que a mediados del siglo XIX una fuerte
sequía azotó este término de la señora de la Candelaria y provocó que
se secaran todos los pozos y manantiales. Ante la terrible situación, el
poder de la Villa decidió trasladar el pueblo hacia un lugar donde se
pudiera garantizar agua a los cristianos, las bestias y los sembrados.
A
partir de ese momento, un grupo de hombres en respuesta a la decisión
tomada, salió por el camino de San Juan de Contreras-Sabana la Mar (hoy
Barrancones) y al regreso de las serranías un esclavo llamado José se
detuvo y se sentó a descansar cerca de aquel sitio. Al levantar la vista
quedó deslumbrado por una brillante y blanquecina luz que venía del
lado izquierdo del camino. La curiosidad le hizo dirigirse de inmediato
hacia el lugar donde pudo distinguir la imagen de una mujer igual a la
que acostumbraba a ver en el altar de la iglesia; era la Virgen de la
Candelaria.
José
quedó inmóvil observando la bella aparición pero de pronto, por si
fuera poco, comenzó a brotar un manantial de agua cristalina de las
piedras en las que se apoyaba aquella ilusión. El la probó y constató su
potabilidad, se incorporó y salió corriendo a llevar la buena nueva al
Señor Padre.
Fue
así que después de escuchada la historia del caminante, el Padre
propuso una procesión con la Virgen al milagroso lugar. Al llegar allí
comenzó a llover fuertemente; entonces lo bendijo y bautizó el santo
manantial con el nombre de "Pocito de la Virgen de la Candelaria".
Crónicas de antaño.
El
día 2 de febrero de 1952 vecinos del poblado inauguraron la urna
confeccionada por el alcalde Melesio Santos González y su hermano
Manolo, ambos caballeros católicos.
En
los pobladores existía una gran devoción y confianza en los efectos
saludables y hasta milagrosos del agua de este pozo. Muchas personas
iban buscándola y la recogían antes del amanecer, le encendían velas y
le dejaban flores a la santa. El número de devotos era tan grande que a
la tarde lo dejaban casi seco, pero a la mañana siguiente ya estaba
lleno y se desbordaba por el aliviadero.
Relatan que una señora venía desde La Habana cada semana y se llevaba varias botellas de la bendecida agua para mejorar los ojos de su esposo ciego.
Relatan que una señora venía desde La Habana cada semana y se llevaba varias botellas de la bendecida agua para mejorar los ojos de su esposo ciego.
También
se dice que por largo tiempo el pozo estuvo abandonado y en el olvido.
No fue hasta el 12 de enero de 2012 que comienza su restauración
liderada por Marcos Méndez Hernández y un grupo de vecinos de la
comunidad, devolviéndole el valor al sagrado lugar.
Enlace entre el pasado, el presente y el futuro
Todos
los años en los primeros días de febrero, candelarienses y foráneos se
reúnen en este paraje para admirar el poder de la virgen que devolvió la
vida a los pobladores. Luego, en la noche, una vigilia de creyentes
pide bonanzas y tranquilidad para sus almas, mientras ella les recibe
entre guirnaldas, cánticos y oraciones.
Esta
es una de las tantas historias que el tiempo, de caprichoso, mantiene
en la cotidianidad de su gente. Regreso a mi Guanajay con la convicción
de que mi segunda tierra vive regocijada de páginas como la de la
virgen. Antes de despedirme, como hace todo visitante, cubro mi cuerpo
con esa agua que entre la realidad y las creencias me obliga a esperar
el milagro divino. Pasarán los próximos 365 días y los ciudadanos de
Candelaria volverán con fe a su pozo, ese que desde aquellos entonces
calma la sed de los caminantes.
Alejandro Lóriga Santos, Viernes, 02 Febrero 2018
Tomado de: http://www.ariguanaboradioweb.icrt.cu/index.php?option=com_content&view=article&id=7202:candelaria-un-pozo-y-su-virgen&catid=41&Itemid=101
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