La casa de los veredanos (2)
Doscientos diez
años han transcurrido y hasta ahora, NO existen noticias de que persona alguna
haya hecho donativos para la edificación de la iglesia católica de Vereda Nueva.
Siete años de construcción hacen suponer que el dinero empleado para levantarla
fue recaudado entre la feligresía de la localidad. Continuamos acocándonos a la historia de ese símbolo de los veredanos.
El terreno que
rodea la iglesia veredana, al principio estuvo cercado con una elevada tapia y
dentro de su recinto, conforme a una antigua costumbre de la época, se daba
sepultura a los cadáveres. Tan antihigiénica práctica fue abolida por el
Gobierno Superior Civil de la Isla años después, cuando, en post de la salud
pública, se ordenó la construcción de los cementerios en las afueras de las
poblaciones. El interior de la iglesia, con cabida para unas trescientas
personas, es sencillo cual compete a un lugar consagrado al rezo y la
meditación. Este edificio posee un diseño de origen alemán, como pocos
existentes en Cuba y América. Al ser observado atentamente, da la impresión de
haber sido construido como templo y como fortaleza o lugar de refugio en casos de
huracanes o ataques enemigos. El grosor de sus paredes así lo hace presumir.
Su singular
torre, que por su altura se divisa desde cualquier punto de la geografía
veredana, fue construida en MIL 857. Esta fecha se perpetúa en una placa
empotrada en la torre de la iglesia, en la que se consigna que la obra fue
realizada bajo el gobierno del General Don José de la Concha. Sin duda alguna, la
arquitectura del templo católico de la localidad de Vereda Nueva es
particularmente interesante. Siendo esta majestuosa construcción orgullo de sus
pobladores.
Por: Msc Uchy M Perdomo Eng y la
colaboración del Lic. Alejandro Batista Martínez
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